El lugar elegido, una ventana del tercer piso del edificio de la Biblioteca de la Escuela Politécnica Superior de Mondragon Unibertsitatea. Precisamente desde ahí, y en dirección al campo de futbol, los alumnos han proyectado los huevos en sus particulares artilugios.
Precisamente la idea de este certamen surgió de profesores de Ingeniería de esta universidad que quisieron poner en marcha una iniciativa con la que fomentar entre los jóvenes estudiantes de diseño industrial la capacidad de diseñar e innovar. Poco a poco la iniciativa se fue haciendo popular entre el resto de alumnos de la universidad, con lo que decidieron abrirlo al resto de estudiantes y carreras.